Por qué se evalúa el desempeño laboral y cómo afrontarlo
el 16/03/2021
Medir y administrar el desempeño laboral es importante porque brinda la capacidad de medir adecuadamente la eficiencia de los trabajadores, identificar quién realiza sus funciones correctamente y quién no, determinar cómo compensar adecuadamente su fuerza laboral y mejorar la productividad general del lugar de trabajo. Este conocimiento deriva en un aumento de la eficiencia y la productividad. Por otro lado, desde la perspectiva de los empleados, mantener un nivel de desempeño satisfactorio traerá un mejor ambiente laboral, una mayor consideración en la empresa y posibles compensaciones económicas. Pero también es necesario establecer una serie de límites.
En Fed Finance somos expertos en selección de personal y headhunting en el sector financiero y te dejamos con una serie de razones por las cuales se debe evaluar el desempeño laboral y cómo afrontarlo como empleado.
Mantener una mayor eficiencia
Una de las razones más importantes para medir la productividad de los empleados, y administrarla una vez que se ha medido, es mantener un funcionamiento eficiente y productivo de la empresa. Las medidas referentes al desempeño pueden ir desde revisiones anuales, pasando por pagas extra o hasta cuotas trimestrales para asegurar que los empleados trabajan al máximo rendimiento, o bien, en el caso contrario, mejoren tras una mala evaluación. Una vez medida la productividad, los empleados pueden ser incentivados mediante el estímulo para que sigan haciendo un buen trabajo, o bien pueden ser atendidos a través de más capacitación, adaptación de horarios y coaching.
Cuando se tenga la capacidad de medir adecuadamente la eficiencia de los empleados, identificar a aquellos más fuertes y débiles y compensarlos adecuadamente, aumentará las probabilidades de éxito. Por otro lado, los incentivos no solo son útiles para reforzar a la persona que los recibe. Otros empleados captarán que sus compañeros reciben aumentos salariales y ascensos, por lo que habrá un mayor esfuerzo por seguir sus pasos.
Empleados: cómo afrontar una evaluación de desempeño laboral
La productividad máxima por el menor precio posible es el principal objetivo de cualquier empresa. Como parte de una, es importante cumplir los objetivos que se nos marcan de la mejor manera posible. Sin embargo, este cumplimiento de metas no debe suponer un excesivo desgaste de nuestra energía, la intrusión en las horas establecidas de jornada laboral o un miedo constante a no estar cumpliendo con unas altas expectativas que van a ser examinadas. A continuación, dejamos una serie de consejos para alcanzar los objetivos de desempeño laboral sin que ello influya en nuestra vida y bienestar:
- Elaborar un ranking de objetivos y priorizar las tareas. Esto divide los objetivos en términos de oferta (¿cuál es el propósito que hay detrás de cada objetivo y de las actividades que se realizan para lograrlo?) y demanda (¿en qué medida los objetivos incluyen lo que la empresa u organización necesita?).
- Medir los resultados, no las horas. Las horas trabajadas no tienen del todo que ver con las tareas realizadas. Debe quedar claramente establecido desde el principio qué se espera, en cuánto tiempo, y cómo se van a medir los resultados.
- No prestar atención a las pequeñas cosas. En el caso por ejemplo de los correos electrónicos, es bueno revisarlos cada hora, pero no cada cinco minutos. La gran mayoría de asuntos pueden esperar.
- No compararse. Cada cual trabaja a su manera y a su ritmo. Una persona que parece ser muy productiva puede no serlo tanto, sacando adelante una alta carga de trabajo pero quizá de mala calidad o poco preciso.
- Irse a casa cuando corresponde. Irse a casa a la hora que corresponde proporcionará un tiempo de calidad que será de utilidad para volver a ser eficiente al día siguiente. La actividad requiere del descanso y viceversa.
En definitiva, el desempeño laboral es un concepto que requiere de un equilibrio entre el afán recaudatorio de una empresa y los límites y derechos de los empleados como personas. Una relación de simbiosis que necesita del buen hacer de ambas partes para alcanzar el nivel de productividad y realización deseado.
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